Antes que nada una solicitud: tras pediros ayuda con lo del número de visitas no se ha presentado ningún/a voluntario/a que quiera instalarme el contador, lo que puede significar que ninguno sabeis hacerlo, o que nadie se está leyendo este blog. Os agradecería mucho que dejarais algún comentario, o me mandarais un mail, para saber que hay alguien ahí... I want to believe.
Esta vez se me ha puesto algo complicado escribir este blog, y es que la semana pasada estuvieron por aqui los vicuñeros, o sea, Celia y Pedro, y ya han contado de manera bastante espectacular nuestro viaje a la selva, así que os pongo el link para que leais su visión de esos días, y yo trataré de aportar cosas nuevas:
http://vicugnas.blogspot.com/2010/01/una-de-las-7-maravillas-del-mundo-la.html
Todo comenzó tras la vuelta de Cusco. Mi vida continuaba con normalidad, entre palmera y palmera (más bien redactando como una loquita para que me de tiempo a terminar el libro) y el tiempo pasaba con rapidez, así que casi sin darme cuenta, ¡ya estaban aqui Celia y Pedro!. Como siempre, mis obligaciones laborales hicieron que los primeros días se tuvieran que buscar un poco la vida por su cuenta, visitando Belén con mis compis de piso y el puerto Bellavista Nanay por su cuenta, y yo mientras palmereando. El sabado empecé mis "vacaciones" (he aprovechado para aprender más sobre palmeras y para hacer algunas fotillos sobre... ya sabeis qué, soy un poco monotemática) y por fin visité la famosa Reserva Pacaya Samiria, de la que sólo conocía la Zona de Amortiguamiento (que es en la que trabajo con el proyecto).
¿Cuántas especies de palmeras diferentes hay en la foto? 1, 2, 3, responda otra vez...
Y recordad: los plátanos NO son palmeras, los platanos NO son palmeras, los plat....
No os voy a contar lo que hicimos cada día porque eso lo podeis ver en el blog de Celis y Pericos, pero os contaré algunas de mis impresiones.
El viaje me encantó. Fuimos con Merardo, de una comunidad llamada Yarina, un guía recomendado por mis compañeros de casa (trabajan con él) y del que nos habían hablado muy bien. La verdad es que conoce la selva de maravilla, reconoce cada uno de los sonidos, sabe llamar a un montón de animales diferentes y tiene una vista impresionante, así que gracias a él hemos podido ver cantidad de aves, monos, iguanas, lagartos, bufeos (delfines)... Además, nos estuvo contando un poco del proyecto que tienen dentro de la reserva para manejar diferentes recursos naturales (taricayas -que son unas tortugas-, aguaje -que es una palmera-, etc) y dentro del cual han insertado la parte de turismo. El proyecto es bien interesante, y de momento está teniendo buenos resultados, así que me dió fuerzas renovadas para creer que se pueden hacer las cosas un poco mejor. Además, tuvo apoyo de AECID, así que a veces la cooperación colabora en cosas interesantes. La esperanza es lo último que se pierde.
Ahora os pongo algunas fotillos resumen de nuestra aventura selvática:
Según saliamos de Nauta nos estaba esperando la primera sorpresa: una iguana verde soleandose sobre un árbol
Esta foto me gusta especialmente. Si la ampliais podeis llegar a distinguir que es un Guacamayo Azul y Amarillo, aunque en blanco y negro también me gusta.
Enorme rana. Del tamaño de mi pie
Merardo nos enseñó cómo suben a recoger los aguajes, para evitar cortar la planta. Como os conté hace ya bastantes posts, este es uno de los problemas ecológicos que está teniendo esta palmera
Uno de los momentos más mágicos del viaje fue el paseo en canoa por el bosque húmedo, totalmente en silencio, oyendo de fondo al mono aullador, aqui conocido como coto mono, viendo al pajaro carpintero trabajar sin descanso,... en fin, una preciosidad
Como veis, ibamos superequipados para la selva, y con la camara preparada para lo que pudiera surgir... la selva esconde muchos misterios.
Y con tanto misterio, se nos quedó cara de "mira alli, mira alli"
Pedro y yo asustados porque Merardo se pudiera perder entre las aletas que forman las raices de este arbolito
Después de tanto paseo también hubo tiempo para un baño en el afluente del afluente del Amazonas (el Yanayacu, que dasemboca en el Marañón, que es uno de los ríos que forma el Amazonas). Yo fui la primera expedicionaria en atreverme, eso sí, tras Merardo, que tenía bajo control a las pirañas
Aunque parezca que acabo de salir de una mina, junto a mi cara se puede ver al lindo lagarto Juancho, el bebe caimán que atrapó Merardo
Caperucita azul entre las raices adventicias (chivado por mis compis de casa) de un ficus gigante. Sí, sí, eso son las raices de un arbol que va acercandose cada vez más a la orilla al ir enganchando sus raices al suelo desde la altua, por eso es el árbol caminante
Para terminar la aventura, un delicioso Juane (comida típica de arroz con pollo) a bordo de nuestro peque peque
Foto de grupo
Y ahora, despues de esta escapada, de nuevo a mis palmerillas. Pedro y Celia continuaron su aventura peruana en tierras lejanas, y yo ya empiezo a ver el final de mi estancia en Iquitos cada vez más cerca. Mientras, ando metiéndome en tareas laborales que me distraen de mi mundo palmeril (creo que ya lo necesitaba) y enriquecen aun más mi experiencia aqui. De momento, todo bien, aunque echando de menos todo lo que está lejos. Otro día os cuento más ¿cuál será la próxima aventura?