El principio del fin (ahora sí…)

Ya llega el fin. El día 26 estaré volando a Lima, y el 27 comenzará mi regreso a España, que terminará el 28 tempranito. Adiós (o quién sabe si hasta luego) Perú, selva, Iquitos, mi casa, mis compañeros, cooperación, cecina con tacacho, y hola Madrid, papis, familia, amigos, jamón serrano y tortilla de patatas (lo de “tortilla de papas” no refleja bien su sabrosura!).

Como despedida he hecho un último viaje a la Reserva Nacional Pacaya Samiria, al albergue que construyo Mario de Col y en el que siempre se notará su presencia. En esta ocasión no he ido por turismo (aunque también) sino a proporcionar información de educación ambiental a la profesora de la comunidad de Yarina y a los guías turísticos de la comunidad. Además he participado en las actividades organizadas para la formulación del proyecto de implementación de un centro de prevención en salud y nutrición.

Os dejo algunas fotillos del viaje, supongo que como despedida de este año y no se si de este blog (creo que el paraíso madrileño no dará juego como para continuarlo, pero quizá lo use de catarsis, o para hacer comentarios de todas las series que están por estrenar nuevas temporadas, jejeje). Por si acaso, muchas gracias a todos los que habéis seguido mis locuras en este blog, que habéis hecho comentarios o que simplemente habéis compartido un poco de esta experiencia en la distancia.¡Hasta pronto!

 

La maravilla de sentarse a ver el río fluir al ritmo de la vida…

En esta época han sembrado los huevos de las Taricayas (las tortugas de las que os hablaba el otro día) en playas artificiales. En unos días las playas se llenarán de taricayitas que serán liberadas en la Reserva.

 

Aunque no soy muy amiga de poner fotos de niños, voy a hacer una excepción en esta ocasión. Él es Bani, uno de los hijos de Maritza, una de las colaboradoras del proyecto del albergue.

Ella es su hermanita, Sara…

Y en esta foto salen los dos enseñándonos sus “piriquitos”

Flor y mariposa

La isula, una pesadilla convertida en animal

 

Yvy mara ey LODGE, la Tierra sin mal que Mario nos dejó y que ahora continúa gracias a la ilusión de muchos

 

Tato, el médico que está formulando el proyecto de salud, Paloma de Col y yo en la plaza de Yarina

 

Y ahora, me apetecía haceros un repaso de algunos de los tipos de embarcaciones que recorren los ríos de este paraíso, aunque desgraciadamente no tengo fotos de todos los tipos:

Éste podemos llamarle el típico barco de gringos.

 

Este es el famosos peque-peque, en esta ocasión cargadito de plátanos

 

Barco petrolero

 

Lancha a Yurimaguas: tres días de viaje, dos pisos de hamacas y unos poquitos camarotes. este tipo son las que suelen hundirse por sobrepeso…

Canoas, forma tradicional de trasladarse en distancias cortas o cuando no hay presupuesto para más…

No tengo ninguna foto del nuestro, así que os quedáis con la intriga, jejeje

 

¡Hasta pronto!